¡Hola a
todos! Hoy les traigo la reseña de un libro para niños que más de uno debe
conocer por su maravillosa película: "Matilda", de Roald Dahl.
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Libro: Matilda
Autor: Roald Dahl
Editorial: Alfaguara
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Matilda es genial. Sin haber cumplido los cinco años, ya ha leído a numerosos autores y atesora unos asombrosos conocimientos. Sus mediocres padres, sin embargo, la consideran una inútil. Por eso decide desquitarse. Cuando entra en la escuela y se encuentra con la maestra, hace algo maravilloso.
¿Quién no soñó alguna vez con tener los poderes de Matilda? La posibilidad de levantar cualquier objeto con la ayuda de tus ojos, sin moverte de tu sitio, es más que interesante y divertida. ¡Imagina la cantidad de bromas que podrías hacer! Y lo cómodo que sería tener cualquier objeto a tu disposición sin necesidad de levantarte a buscarlo... Ustedes son tan perezosos como yo, no se engañen.
No obstante, es necesario aclarar una cosa: los poderes de Matilda
en el libro no son como los de la película. Sí, puede mover cosas con sus ojos,
pero no cualquier cosa. Tienen que ser objetos pequeños, como
un cigarrillo o una tiza (los que hayan visto la peli entenderán para qué es
imprescindible esto último), porque hacerlo le exige un gran esfuerzo mental.
Así que no esperen encontrarse con una Matilda que hace girar naipes a su
alrededor mientras baila y sacude muñecos y descorre cortinas. Eso no forma
parte del libro. También lamento decirles que no hay grandes escenas de acción,
ni persecuciones infartantes en la casa de Tronchatoro. Se trata de una
historia mucho más tranquila y casi realista, de manera que los momentos más
emocionantes de la película casi no aparecen aquí.
¿Les he sacado las ganas de leer el libro? ¡Paren! Sigan leyendo.
“Lo que había leído le había mostrado
un aspecto de la vida que ellos ni siquiera vislumbraban”.
"Matilda" es, ante todo, un libro con personajes entrañables.
Si bien es cierto que las situaciones que se muestran no son las mismas que en
la película, los personajes son perfectamente reconocibles.
Matilda es una niña ingeniosa, crítica y amante de los libros que
ha tenido la mala suerte de nacer en una familia que no la comprende en
absoluto. Con el tiempo, conocerá a la señorita Honey (la señorita Miel, en la
traducción de la peli), una maestra muy amable y sensible que conecta con ella
al instante; pero también se topará con una nueva antagonista:
la directora Trunchbull (Tronchatoro), que odia con toda su alma a los niños.
“Nunca pude explicarme por qué tardan
tanto los niños en crecer. Creo que lo hacen a propósito”
Ante todo, Matilda es un libro que resulta muy curioso por el
claro sentimiento de rebeldía que transmite desde sus primeras páginas.
¿Cuántos libros clásicos para niños conocen en la que los niños desafíen la
autoridad de los adultos? En este sentido, al autor no le tiembla la mano a la
hora de enseñarle a los niños que algunas "personas grandes" no son
tan buenas ni tan maduras como se supone que tendrían que ser, y que algunas
incluso pueden ser mediocres y crueles.
“Lo que necesitaba era sólo una
persona, un adulto inteligente y comprensivo que le ayudara a entender...”
Como ya he dicho, el libro es mucho más realista que la película y
las situaciones que vive la protagonista suelen ser más anecdóticas que
peligrosas. Sin embargo, cada una de ellas va forjando su carácter y sus
poderes hasta conducirla al descenlace final. De alguna manera, todo lo que
pasa aquí resulta muy verosímil (suponiendo que las personas pudieran
desarrollar poderes telekinéticos, claro) y te deja con la sensación de que
podría haber pasado realmente.
Además, este libro puede servir de puerta de entrada para leer
otros libros, porque Matilda incluye en uno de los capítulos un listado de las
obras que ha leído en la biblioteca. Debo advertir, sin embargo, que no todos
son libros para niños. Entre ellos se encuentras grandes clásicos de la
literatura como “Grandes Esperanzas” de Charles Dickens, y “Orgullo y prejuicio”
de Jane Austen.
—(…) La
forma como cuenta las cosas hace que me sienta como si estuviera observando
todo lo que pasa.
—Un
buen escritor siempre te hace sentir de esa forma —dijo la señora Phelps—. Y no
te preocupes por las cosas que no entiendas. Deja que te envuelvan las
palabras, como la música.
Por último, no puedo terminar la reseña sin hacer alusión a las
maravillosas ilustraciones de Quentin Blake. En algunas de ellas los personajes presentan diferencias de caracterización con respecto a los de la película,
como en el caso de la señorita Honey (que en los dibujos lleva puestos los anteojos todo el
tiempo), y en otras los personajes son notablemente parecidos a sus contrapartes
cinematográficas, como la directora Trunchbull; pero todas plasman a la
perfección el espíritu original de la obra. Es imposible no quedarse con
algunas de las imagenes al terminar el libro.
Si tienen niños pequeños en casa, recomiendo encarecidamente su
lectura. Lo mismo sin son adolescentes o adultos. Roald Dahl tiene un estilo
muy irónico e inteligente que gustará tanto a grandes como a chicos. Y vale
totalmente la pena conocer a los personajes a través de su pluma.
¿Y ustedes qué dicen? ¿Vieron la película? ¿Leyeron el libro?
¿Cuál de los dos les gustó más? ¡Cuéntenme en los comentarios?
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