viernes, 28 de febrero de 2020

Reseña de "Lo que hizo Katy" de Susan Coolidge


¡Hola, lectores! ¿Les gustan los libros juveniles clásicos? ¡A mí sí! Al igual que muchas historias actuales, relatan las aventuras de chicos y chicas que están en pleno proceso de crecimiento, prestando especial a las relaciones de amistad que se forjan entre ellos; pero lo que hace especial a estas lecturas es que nos permiten conocer en profundidad las vivencias cotidianas de personas que vivieron en un momento histórico muy distinto al nuestro, y darnos cuenta de que, más allá de la ausencia de avances tecnológicos, los chicos de ahora no tan diferentes a los de aquel entonces. Por eso hoy les traigo la reseña de "Lo que hizo Katy" (What Katy Did) de Susan Coolidge. ¡Espero que les guste!



Libro: Lo que hizo Katy
Autora: Susan Coolidge
Año de publicación: 1872






Sinopsis: Katy Carr es una niña aventurera, traviesa, valiente e impulsiva. A sus doce años le encanta saltar vallas, sentarse en los tejados, ir de pícnic con sus hermanos y hermanas aunque a su tía Izzie le horrorice... Un día, un trágico accidente cambia la vida de toda la familia.








Katy Carr es una niña de doce años que tiene varios hermanos menores. Clover, la que le sigue en edad, tiene un carácter dulce y considera que Katy es muy sabia; Elsie, aunque agradable, es la hermana a la que todo el mundo —la protagonista incluida— siempre está dejando atrás; Dorry y Joanna, son dos hermanos que se parecen mucho, aunque él tiene rasgos más “femeninos” y ella más “masculinos”; y Phil, el más pequeño, es el que siempre secunda a los demás en sus aventuras. En ocasiones también se les une su vecina Cecy Hall, que es una buena amiga de Katy, y se sienta con ellos en el bosquecillo que está cerca de sus hogares para hacer un picnic.

Katy es huérfana de madre, pero su padre, el Dr. Carr, siempre está cuidando a sus hijos. Con ellos también vive su estricta tía Izzie, que no aprueba los modales bruscos de Katy y no comprende su tendencia a ser rebelde y arriesgarse constantemente.

Pero Katy tiene grandes aspiraciones: en un futuro quiere hacer algo importante y ser reconocida por todo el mundo. Aunque no sabe qué puede hacer exactamente, adora hablar sobre esto con sus hermanos y amigos. Tiene mucha energía y le gusta inventar nuevos juegos para entretener a los demás, a pesar de que esto a menudo le trae problemas en la escuela, donde las alumnas ya tiene bastante con qué lidiar al estar metidas en una especie de batalla campal con las chicas de la escuela vecina. A veces incluso inventa nombres para distintos rincones del bosque, como “Paradise” o “Path of Peace” —algo que me recordó mucho a Anne, la de Tejados Verdes—, y crear leyendas a su alrededor.

No obstante, Katy a veces puede ser obstinada y egoísta —especialmente con su hermana Elsie—, por lo que aún le queda mucho para crecer. Un suceso que tiene lugar a mitad del libro precipitará ese crecimiento, y con la ayuda de su prima Hellen, quizás aprenda a superarlo.

Me ha sorprendido el realismo con el que está tratado el último tramo del libro. Quizás no pueda comentarlo con toda la profundidad que me gustaría debido a que estoy intentando evadir los spoilers, pero me ha parecido muy significativo que la autora no optara por la salida fácil al marcar demasiado rápido el paso del tiempo en ese período de la vida de Katy, obviando los altibajos emocionales que la chica pudo sufrir en ese entonces.

Quizás durante el “crecimiento” de Katy se perdieron algunas cosas de su temperamento enérgico que me hubiera gustado que conservara, pero me impresionó tanto el retrato que hizo la autora de ella antes de llegar al tramo final que no puedo evitar sentir que el libro sí me dejó algo positivo. No debemos olvidar que se trata de un libro de 1872, y si bien no resulta tan revolucionario como “Anne, la de Tejados Verdes” o “Mujercitas”, en el inicio realiza un gran trabajo mostrando a una chica como cualquier otra, con sus virtudes y sus defectos. Considero que el hecho de que la autora mostrara esos aspectos de su personaje debió resultar cuanto menos interesante en su momento, así que comprendo que se tratara de un libro popular.

La frase final me gustó mucho. Aunque quizás hubiera esperado algo más para Katy —considerando que ella misma tenía tan altas aspiraciones en el inicio de la novela— no deja de ser valorable el esfuerzo que realizó para salir adelante en el último tramo de la novela.


¿La recomiendo? Si les gusta explorar clásicos juveniles y las historias repletas de anécdotas y juegos, ¡adelante!

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