jueves, 31 de diciembre de 2020

Reseña de "Una chica a la antigua" de Louisa May Alcott

¡Hola, lectores! Hoy les traigo la última reseña del año: “Una chica a la antigua” de Louisa May Alcott. Es un libro muy simpático, que puede gustar mucho a los que hayan disfrutado otras obras de la autora. Si les interesa, ¡sigan leyendo!



Libro: Una chica a la antigua

Autora: Louisa May Alcott

Año de publicación original: 1870

Editorial: Ediciones B

Sello: Bruguera

Sinopsis:



La adorable Polly Milton deja su casa en el campo y la calidez familiar para visitar a la aristocrática Fanny Shaw, que vive en la ciudad junto a sus padres, sus hermanos Tom y Maud y su abuela. Las dos chicas, de catorce años, contrastan en sus gustos, modales y manera de comportarse, pero se quieren muchísimo y esa amistad desafiará el poco interés de Polly por la moda o la frivolidad de Fanny. A lo largo de los años, las dos jóvenes aprenderán juntas lecciones de amor, trabajo y lealtad. Una chica a la antigua (1870) se inscribe en el universo femenino y juvenil de Mujercitas, la obra más célebre de Louise May Alcott, en su elogio de la laboriosidad, la amistad entre mujeres, el decoro y los firmes principios protestantes. Pero Polly, la protagonista de la novela, está lejos de ser sumisa. ¿Qué tan anticuada puede ser una joven del siglo diecinueve que decide vivir sola, trabajar para ganarse la vida y casarse solo si se enamora? La gran Alcott, que inspiró en Simone de Beauvoir la decisión de ser escritora, nos regala otro personaje inolvidable como Jo March, que desafía los mandatos sociales y con buenos modos y mucho encanto elige la forma en que quiere vivir.

           




Louisa May Alcott es una autora principalmente conocida por haber escrito Mujercitas, todo un clásico de la literatura norteamericana, que marcó a varias generaciones de jóvenes gracias a la fuerza de sus carismáticas protagonistas, sus escenas cotidianas y dulces, y sus pensamientos revolucionarios en relación a los derechos de las mujeres. Una chica a la antigua, sin ser un gran clásico, es un libro vintage muy disfrutable que reúne algunas de las mejores cualidades de la saga de las hermanas March.


Este libro cuenta la historia de Polly Milton, una muchacha de catorce años sencilla y amable que llega del campo para hacerle una visita a una de sus amigas, Fanny Shaw, que vive en la ciudad junto a sus padres, su abuela, y sus dos hermanos, Tom y Maud.


El comportamiento de Polly llama inmediatamente la atención de los citadinos, que la consideran algo “anticuada” por su austera forma de vestir y su educada forma de dirigirse a los mayores. La adinerada y frívola Fanny, que a sus dieciséis años se caracteriza por tener modales diametralmente opuestos, no puede entenderla del todo, por lo que intentará una y otra vez convencerla de unirse a las “diversiones” propias de la sociedad en la que se crio. Mientras tanto, la hermana pequeña de Fanny, siempre intentando imitar a los adultos, tratará de someter a la recién llegada a todos sus caprichos; y el otro joven integrante de la casa, el travieso y descarado Tom, pondrá a prueba la paciencia de Polly con sus ocurrencias, su rebeldía, y su irreverente forma de ser.


¡Pero ninguno de ellos logrará quebrantar el espíritu de la chica! Por el contrario, será ella quien poco a poco logre influenciarlos y convencerlos de que esas costumbres que ellos consideran tan “anticuadas” están basadas en sólidos principios.

 


-Háblame de tus cosas. Tú no pareces tener preocupaciones de otras personas. ¿Cuál es tu secreto, Polly?

 -Verás -repuso la joven con lentitud-. Trato de mirar siempre lo bueno; eso ayuda mucho. No sabes cuánta alegría se puede obtener de las cosas menos importantes si uno sabe cómo aprovecharlas.

 -Yo no sé -expresó Fan con gran desconsuelo.

-Puedes aprender como yo. Antes solía lamentarme y sentirme tan triste que no servía para nada. Todavía me ocurre; pero me sobrepongo. Cuando una se coloca por encima de las dificultades, se ha ganado la mitad de la carrera


 

Polly Milton es una protagonista independiente y decidida —aunque no por ello menos amable y educada—, que encarna el valor del trabajo duro y la generosidad. A lo largo de la historia la veremos crecer y enfrentarse a distintos obstáculos cotidianos que pondrán a prueba sus creencias y su capacidad para discernir entre lo que está bien y lo que está mal. Si bien es cierto que no tiene el carácter impulsivo de Jo March en Mujercitas, o sus mismos intereses, sí que podemos emparentarla con este personaje en la calidad de sus convicciones respecto al voto femenino, el lugar de las mujeres en la sociedad, o el valor que debe tener el trabajo en la vida de las personas. Es esta invencible capacidad de mantenerse firme en sus creencias y de hacer todo lo posible por mejorar la vida de otras personas lo que, a la larga, terminará calando en el corazón de cierto personaje —con quien yo la emparejaba desde el principio— y provocando pequeños cambios en su actitud.


En la segunda parte de la historia, vemos a Polly convertida en una joven adulta que consigue empleo como profesora de música. Llegados a este punto, la autora profundiza en la diferencia entre las distintas clases sociales. Conocemos a la señorita Mills, la casera de Polly, y también a Bess y Becky, que trabajan en un taller realizando trabajos manuales. Mención aparte merece el capítulo en el que Fanny va a visitar a estas chicas y descubre un mundo totalmente nuevo para ella, lleno de mujeres laboriosas, soñadoras y libres. 



“Fanny había asistido a muchas comidas muy ceremoniosas; pero nunca lo pasó tan bien como en aquel picnic del estudio, pues reinaba allí tal libertad que resultaba todo encantador. Mientras comían, las otras conversaban y ella escuchaba con gran interés los planes y ambiciones de las jóvenes”.

 


“Me gustaría tener un talento al cual dedicar mis esfuerzos, pues me sería tan útil como lo es para ellas”.

 

 


Así, poco a poco, vemos a los personajes evolucionar y tejer redes de apoyo y solidaridad. Personalmente, uno de los que más me gustó fue Tom, que si bien por momentos parece no tener remedio y coquetear constantemente con los límites del buen comportamiento y las fronteras que lo separan de la irresponsabilidad, no deja de parecerme un joven carismático que le aporta cierta diversión y tensión a la historia. Además, su potencial para cambiar para mejor y la impulsividad de su corazón le dan cierto encanto y naturalidad a su evolución personal.

Una chica a la antigua es una historia muy sencilla, que no tiene grandes giros ni momentos dramáticos, pero que sustenta todo su peso narrativo en unos personajes, que discuten, crecen, se amigan, se ayudan y se enamoran. Con unos diálogos ágiles y agradables escenas cotidianas, Louisa May Alcott construye un universo juvenil que, pese a pertenecer a otra época, se siente cercano por el nivel de realismo en el sentir de sus protagonistas.

Si les gusta Mujercitas o este tipo de clásicos juveniles, esta es la lectura ideal para ustedes.

 


¿Han leído algo de la autora? ¡Cuénteme en los comentarios!

 


¡Y que empiecen el nuevo año con grandes lecturas!


Con tecnología de Blogger.

© Donde Llueven las Palabras, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena