¡Hola, lectores! ¡Tantos meses sin pasarme por aquí! El
año pasado fue muy intenso y me quedé sin tiempo para subir reseñas, pero
espero poder ir retomando el ritmo. Para motivarme, comienzo con una
entrada dedicada a un libro que hacía mucho tiempo que tenía en la mira y que tuve la oportunidad de leer recientemente.
Libro: El castillo ambulante
Autora: Diana Wynne Jones
Editorial: Nocturna
Año de publicación: 1986
Sinopsis:
Quizás algunos de ustedes ya conozcan las fascinantes películas de Studio Ghibli. Si no es así, los invito encarecidamente a que vean alguna. Una de mis favoritas siempre fue El castillo ambulante, tanto por su original historia como por su destacable animación y su banda sonora, por lo que tenía muchos deseos de leer el libro.
Tal y como cuenta la sinopsis del libro, Sophie es una joven que un día recibe la visita de la temida Bruja del Páramo y se convierte inesperadamente en una anciana. Lo cierto es que, hasta ese momento, Sophie se había resignado a cumplir con lo que consideraba su destino: ocuparse de la tienda de sombreros de su familia. Pero estos nuevos acontecimientos supusieron un gran cambio en su vida. Una vez lejos de casa, deberá encargarse de desentrañar los secretos que esconde el castillo ambulante y sus misteriosos habitantes.
—Si la mancha roja lleva a Kingsbury y la azul lleva a Porthaven, ¿adónde conduce la mancha negra?
—¡Qué anciana más fisgona es usted! —soltó Howl—. Esa conduce a mi refugio privado y no voy a decirle dónde está. —Abrió la puerta mostrando la amplia extensión de brezales en movimiento y las colinas.
El castillo ambulante es una historia que contiene algunas referencias a los cuentos de hadas tradicionales, y que está cargada de un tipo de magia que se asienta en lo maravilloso, en lo insólito e inexplicable. Si bien las cosas pasan por una razón, los sortilegios y transformaciones tienen lugar sin mayores explicaciones ni reglas alquímicas. La narración es ligera y divertida, por lo que acompaña perfectamente la estructura del libro, que se compone de varias pequeñas aventuras en las que vamos conociendo la dinámica que impera en el castillo y los secretos que oculta cada personaje.
Quizás uno de los puntos fuertes de El castillo ambulante sea lo original que resulta la historia y la forma en que está tratado el tema de la vejez y la juventud. Sophie no queda limitada a interpretar el papel de una pobre dama indefensa sólo por el hecho de haberse convertido en anciana, sino que demuestra muchísimo carácter a la hora de desenvolverse en el castillo; mientras que durante el día se ocupa de poner en orden los caóticos salones de su nuevo hogar, también realiza varias incursiones a habitaciones en las que tiene prohibido entrar, sale a recorrer distintos parajes en busca de sus hermanas, y ni siquiera permite que el mismísimo Howl le dé órdenes cuando ella tiene su propio criterio formado acerca de lo que considera más conveniente hacer en determinadas situaciones. De hecho, la conversión de Sophie en anciana es el puntapié inicial para que su personaje, atado a la idea de que su destino ya está definido y de que debe conformarse con lo que tiene, comience a mostrar una mayor independencia y sentido crítico. En ese sentido, tal y como la película de Studio Ghibli se encargó de reflejar, el rejuvenecimiento de Sophie se presenta como un escenario posible en la medida en que ella es capaz de tomar las riendas de su propia vida. No obstante, es necesario destacar que el libro posee bastantes diferencias respecto al largometraje de Ghibli, especialmente en lo que se refiere a una subtrama relacionada con cierta misión que Howl debe cumplir por encargo del rey.
El resto del elenco se compone de personajes carismáticos, que terminan de darle un toque de humor a la historia. Howl no es exactamente un príncipe azul; en ocasiones se porta como un niño caprichoso, y otras como un joven egoísta y vanidoso que no parece ser capaz de ver más allá de sus propias narices. Sin embargo, existe una interesante explicación para el hecho de que exhiba semejante actitud ante las personas —quienes hayan visto la película ya deben saber de qué se trata—, y teniendo en cuenta que por momentos su forma de ser resulta ridículamente disparatada, termina siendo un personaje divertido de seguir. De la misma forma, los sarcásticos Michael y Calcifer actúan como un buen contrapunto frente a la insensatez de Howl. Por último, cabe destacar que todos personajes poseen sus propios secretos, y aunque ninguno parece dispuesto a revelárselos a Sophie, ella poco a poco los irá sacando a la luz.
No me queda más que recomendarles que lean el libro y vean la película si aún no lo han hecho. Si les gustan los cuentos de hadas, las historias divertidas, y los personajes originales, estoy segura de que les encantará.
¿Ustedes lo han leído? ¿Vieron la película? ¡Cuéntenme en los comentarios!
