¡Hola a lectores! Va
terminando octubre y he pensado que es una excelente fecha para traerles la
reseña de “El sabueso de los Baskerville”, que casualmente está ambientada en
este mismo mes. Por supuesto, en el hemisferio norte es otoño y no primavera, pero
creo que por estos días a todos nos pinta una lectura con toques de misterio y
tintes inquietantes, ¿no?
¡Cuidado! La sinopsis de El sabueso de los Baskerville contiene spoilers de "Las memorias de Sherlock Holmes".
Libro: El sabueso de los Baskerville
Autor: Arthur Conan Doyle
Sinopsis:
Tercera novela de Sherlock Holmes, considerada por lectores y críticos como la mejor de la saga, fue publicada por entregas en The Strand Magazine entre 1901 y 1902.
Desde la publicación de la colección de cuentos Las memorias de Sherlock Holmes en 1894, los seguidores del detective no habían vuelto a tener noticias de él, después de su caída en las cataratas de Reichenbach junto con el profesor Moriarty en el relato “El problema final”.
La intención de Conan Doyle era abandonar al personaje, pero debido a la presión de sus lectores, volvió a él. El resultado es esta gótica y maravillosa novela, ubicada en la cronología del personaje antes de su desaparición (habrá que esperar al cuento “La casa vacía” para saber lo que sucedió allí). Una maldición, un monstruo que persigue a los miembros de una familia, una mansión rodeada de páramos, pantanos y niebla harán de estas páginas el punto más alto de la literatura holmesiana.
“El sabueso de los
Baskerville” es una de las cuatro novelas que tiene como protagonista a
Sherlock Holmes, el reputado detective creado por Sir Arthur Conan Doyle, y al
Dr. John Watson, asistente de Sherlock y leal amigo.
La aventura comienza
cuando Sherlock recibe una visita en su estudio de la calle Baker de parte del doctor Mortimer, un hombre que siente una gran preocupación por el destino de su futuro
vecino, Henry Baskerville, que pronto llegará para vivir en la casa de sus
antepasados en el páramo, donde ha tenido lugar una terrible tragedia. Sir
Charles, el antiguo propietario de la mansión, acaba de morir en extrañas
circunstancias, luego de la aparición de “un sabueso endemoniado”.
La historia desconcierta a
Sherlock. ¿Un sabueso del inframundo? Aparentemente, existe una vieja leyenda
alrededor de los Baskerville, según la cual un antepasado de la familia fue
castigado por la crueldad con la que trataba a su esposa por un terrible
sabueso que se le presentó en medio del bosque.
“Ésa
es la historia, hijos míos, de la aparición del sabueso que, según se dice, ha
atormentado tan cruelmente a nuestra familia desde entonces. Lo he puesto por
escrito, porque lo que se conoce con certeza causa menos terror que lo que sólo
se insinúa o adivina. Como tampoco se puede negar que son muchos los miembros
de nuestra familia que han tenido muertes desgraciadas, con frecuencia
repentinas, sangrientas y misteriosas. Quizá podamos, sin embargo, refugiarnos
en la bondad infinita de la Providencia, que no castigará sin motivo a los
inocentes más allá de la tercera o la cuarta generación, que es hasta donde se
extiende la amenaza de la Sagrada Escritura. A esa Providencia, hijos míos, os
encomiendo ahora, y os aconsejo, como medida de precaución, que os abstengáis
de cruzar el páramo durante las horas de oscuridad en las que triunfan los
poderes del mal”.
Sherlock asegura que la
leyenda sólo le parece interesante “para un coleccionista de cuentos de hadas”,
pero reconoce que hay algo terriblemente preocupante en el caso, pues no duda
que detrás de la misteriosa muerte de Sir Charles hubo un asesinato
planificado. No obstante, él tiene que solucionar algunos asuntos urgentes en
Londres, por lo que le pide a Watson que, mientras él se encuentra trabajando,
acompañe al señor Henry Baskerville a la mansión para protegerlo de cualquier
ataque o agresión que la persona que está detrás de todo este asunto pueda
estar preparando contra él. Así, Watson comienza a escribir una serie de
extensos informes y cartas que le remitirá al detective directo a su despacho
de Baker Street, basándose en sus impresiones al llegar a la casa y sus propias
investigaciones.
El hecho de no tener al
siempre resolutivo Sherlock en escena, hace que muchas veces Watson se sienta
desamparado, y eso servirá para transmitirle al lector una sensación de incertidumbre
que calza a la perfección con el espíritu de la novela; pero, al mismo tiempo,
su buena disposición y sus deseos de proteger adecuadamente a su cliente lo
llevarán a tomar las riendas de la situación, dejándonos ver que, a pesar de
ser casi siempre es un mero testigo de las aventuras de su amigo, él también es
capaz de solucionar distintos problemas por su cuenta.
“Anoche,
a eso de las dos de la madrugada, me despertaron los pasos sigilosos de alguien
que cruzaba por delante de mi habitación. Me levanté, abrí la puerta y miré.
Una larga sombra se deslizaba por el corredor, producida por un hombre que
avanzaba en silencio con una vela en la mano (…). Caminaba muy despacio y
tomando muchas precauciones, y había un algo indescriptiblemente culpable y
furtivo en todo su aspecto”.
El elenco de personajes
sospechosos es bastante variopinto, si bien una vez que llegamos a la mitad de
la novela las pesquisas de Watson y Sherlock ya empiezan a orientarnos hacia
una determinada dirección. Entre la lista de personas que pudieran estar interesadas
en hacerle daño a Henry Baskerville se encuentran el reservado mayordomo
Barrymore y su atribulada esposa; el naturalista Stapleton y su misteriosa
hermana; la señorita Laura Lyons y su tempestuoso pasado; y otros personajes
que viven cerca de la zona, cada cual con sus propios secretos y
preocupaciones. Pero, además, a todos estos personajes aparentemente
peligrosos, pronto se sumará otro, completamente inesperado: un preso que se ha
escapado de la cárcel que está cerca de allí.
Lo mejor de esta novela es
la ambientación: el páramo de los Baskerville es un lugar solitario y
melancólico, peligroso y desolado, capaz de ponerle los pelos de punta a
cualquier persona. La mansión, situada en una hondonada y rodeada de un tupido
bosque, es un lugar viejo y claustrofóbico. Todo el mundo podría ser un
criminal en potencia. ¿Cómo no creer en las leyendas, cómo no considerar la
existencia de una bestia peligrosa merodeando por el lugar en una situación
así?
De todas las novelas que
he leído de Sherlock Holmes, esta es la que más elementos pone a disposición
del lector para que él mismo resuelva el misterio. Personalmente, creo que este
efecto de incertidumbre respecto a la identidad del culpable tiene un mayor
peso en los dos primeros tercios de la novela, pues más tarde se van
descartando varios sospechosos y se van despejando un buen número de
incógnitas, lo cual hace que pronto nuestra suspicacia recaiga sobre una sola
persona, poniéndole fin al misterio. No obstante, la historia juega con el
sentido del peligro y la aventura, por lo que, una vez develado el rostro del
asesino, la historia continúa siendo emocionante. ¿Podrán detenerlo a tiempo?
¿Realmente existe el sabueso de los Baskerville? ¿Cuántas víctimas caerán por
el camino?
“No siempre se consigue el
éxito deseado. Un investigador necesita hechos, no leyendas ni rumores”
De todas las novelas de
Sherlock Holmes, esta es una de mis favoritas. Según cuenta el propio Sir
Arthur Conan Doyle en una nota de agradecimiento al principio del libro, la
idea para la historia le fue dada por un amigo, el señor Fletcher Robinson, que
lo ayudó además con la línea argumental y los detalles de ambientación. ¡Qué
buena idea la de aquél hombre, y qué jugo supo sacarle Conan Doyle al concepto!
Sin duda, se trata de uno de sus mejores trabajos.
Les recomiendo mucho su
lectura, especialmente si buscan una historia policial con una atmósfera
agradablemente inquietante.
¡Y
eso es todo! ¿Han leído esta novela? ¿Cuál es su historia favorita de Sherlock
Holmes? ¡Cuéntenme en los comentarios!
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