jueves, 31 de enero de 2019

Reseña de "Las dos torres" (El señor de los anillos #2) de J.R.R. Tolkien

¡Hola a todos! Hace unas semanas se conmemoró el aniversario del nacimiento de J. R. R. Tolkien y quise subir la reseña de este libro ese mismo día para celebrarlo, pero no logré terminarla a tiempo. Así que, una vez perdido el tren, me dediqué a terminar esta entrada con calma. Ahora que está lista, la subo sin más demora, porque todo día es bueno para hablar de Tolkien.


Libro: Las dos torres
Saga: El señor de los anillos
Autor: J.R.R Tolkien
Editorial: Minotauro






La Compañía se ha disuelto y sus integrantes emprenden caminos separados. Frodo y Sam continúan solos su viaje a lo largo del río Anduin, perseguidos por la sombra misteriosa de un ser extraño que también ambiciona la posesión del Anillo. Mientras, hombres, elfos y enanos se preparan para la batalla final contra las fuerzas del Señor del Mal.











Las dos Torres retoma la historia justo en el punto en donde la dejamos en el libro anterior. Frodo y Sam han cruzado el río, logrando escapar por los pelos de Boromir, mientras que el resto de la compañía ha tomado caminos separados.

El libro está dividido en tres partes bien diferenciadas, y en cada una seguimos las aventuras y desventuras de diferentes miembros de la compañía. Quisiera destacar especialmente el tramo del libro que protagonizan Merry y Pippin, porque me pareció uno de los más entrañables de todos cuantos he leído. Nuestros queridos, hambrientos y torpes hobbits se encontrarán con una de las razas más interesantes del mundo creado por J.R.R. Tolkien: los Ents, unos árboles milenarios que pueden hablar y moverse lentamente por el bosque, y que resultarán de gran ayuda para su misión. No puedo explicarles lo que disfruté leyendo sobre la forma de vida de los Ents. Si bien nuestros hobbits se desesperan con la lentitud de estos árboles para hacer cualquier cosa, lo cierto es que es ese mismo ritmo pausado lo que les permite debatir con calma alguna decisiones y tomar las decisiones correctas llegado el momento. Son un homenaje maravilloso a la naturaleza y a la sabiduría de antaño.

Mientras tanto, Aragorn, Legolas y Gimli conocerán a unos cuantos personajes que jugarán un papel importante en la guerra, como Éomer, sobrino del rey de Rohan, o la joven Eowyn, que si bien no termina de lucirse en este libro, tendrá una gran relevancia en el tercero.

¿Y Frodo y Sam? Su parte de la travesía fue otra de mis favoritas. Casi puede sentirse el peligro a medida que se acercan a Mordor. Y en medio de todo esto se pondrán a prueba las lealtades y las dudas cuando se reencuentren con cierto personaje en el que aún no saben si pueden confiar o no…


También quisiera mencionar esta reseña el maravilloso momento metaliterario que queda plasmado en  la conversación que Sam mantiene con Frodo respecto a las historias, mientras intentan mantener la esperanza en medio de las tinieblas de Mordor. Lo reproduzco casi en su totalidad a continuación porque realmente me encanta:

—(…) Yo pensaba que los personajes maravillosos de las leyendas salían en busca de aventuras porque querían tenerlas, y les parecían excitantes, y en cambio la vida era un tanto aburrida: una especie de juego, por así decir. Pero con las historias que importaban de veras, o con esas que uno guarda en la memoria, no ocurría lo mismo. Se diría que los protagonistas se encontraban de pronto en medio de una aventura, y que casi siempre ya tenían los caminos trazados, como dice usted. Supongo que también ellos, como nosotros, tuvieron muchas veces la posibilidad de volverse atrás, sólo que no la aprovecharon. Quizás, pues si la aprovecharan tampoco lo sabríamos, porque nadie se acordaría de ellos. Porque sólo se habla de los que continuaron hasta el fin… y no siempre terminan bien, observe usted; al menos no de ese modo que la gente de la historia, y no la gente de fuera, llama terminar bien.  Usted sabe lo que quiero decir, volver a casa, y encontrar todo en orden, aunque  no exactamente igual que antes… como el viejo señor Bilbo. Pero no son esas las historias que uno prefiere escuchar, ¡aunque sean las que uno prefiere vivir! Me gustaría saber en qué clase de historia hemos caído.
—A mí también —dijo Frodo—. Pero no lo sé. Y así son las historias de la vida real. Piensa en alguna de las que más te gustan. Tú puedes saber, o adivinar, qué clase de historia es, si tendrá un final feliz o un final triste, pero los protagonistas no saben absolutamente nada. Y tú no querrías que lo supieran.

Después de estas palabras, Sam refiere brevemente la historia de Beren y cómo consiguió el Silmaril, y señala que ahora Frodo tiene un poco de la luz de éste en el cristal de estrella que le regaló la Dama Galadriel. Y entonces, exclama:

—(…) Cáspita, pensar… pensar que estamos todavía en la misma historia. ¡Las grandes historias no terminan nunca?
—No, no terminan nunca como historias —dijo Frodo—. Pero los protagonistas llegan a ellas, y se van cuando han cumplido su parte. También la nuestra terminará, tarde… o quizás temprano.

(¿No les encanta?)

En este libro hay reencuentros, grandes planes, caminos que se entrecruzan, batallas, giros inesperados y momentos épicos. Pero lo que más destacan son sus personajes. Algunos de ellos son héroes clásicos en toda regla, como Aragorn, siempre fuerte y valeroso, pero también hay espacio para los héroes más atípicos, como Frodo y Sam, que desde su humilde condición de hobbits deben cargar con la parte más importante de la misión.

—Los planes grandes e importantes no son para los de mi especie. Me pregunto sin embargo si algún día apareceremos en las canciones y en las leyendas. Estamos envueltas en una, por supuesto; pero quiero decir: si la pondrán en palabras para contarla junto al fuego, o para leerla en un libraco de letras rojas y negras, muchos, muchos años después. Y la gente dirá: “¡Oigamos la historia de Frodo y el Anillo!”. Y dirán: “Sí, es una de mis historias favoritas. Frodo era muy valiente, ¿no es cierto, papá?”. “Si, hijo mío, el más famoso de los hobbits, y no es poco decir”.
—(…) Pero te has olvidado de uno de los personajes principales: Samsagaz el intrépido. “¡Quiero oír más cosas de Sam, papá! ¿Por qué no ponen más de las cosas que decía en el cuento?  Eso es lo que me gusta, me hace reír. Y sin Sam, Frodo no habría llegado ni a la mitad del camino, ¿verdad, papá?”.

(He dejado esta cita para el final porque yo también creo que Sam ha sido tan importante en esta misión como Frodo, y porque es un amigo muy leal y valiente y merece que le hagan una estatua al final de la saga).


En conclusión, este segundo libro es una buena continuación para la saga, que profundiza en las relaciones entre los personajes y nos muestra más territorios de la grandiosa geografía creada por Tolkien. No obstante, como alguien que ya ha leído el tercer libro, diré que no es nada en comparación con lo que nos espera más adelante.


¿Ustedes qué opinan? ¿Han leído el primer libro? ¿Y el segundo? ¡Cuéntenme en los comentarios!

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