¡Hola, lectores! Hoy les traigo un libro de relatos que me encantó: Lejos como mi querer, de Marina Colasanti.
Título: Lejos como mi querer
Autora: Marina Colasanti
Editorial: Norma
Colección: Torre de Papel Amarilla
Año de publicación: 2000
¡Qué belleza de libro! Lejos como mi querer es una joya para los amantes de los cuentos de hadas. Quedé encantada con la prosa de la autora, simple y poética al mismo tiempo, y el sentido de la maravilla que irradian sus cuentos.
Confieso que he pensado largo rato cómo
hacer esta reseña. ¿Debía describir cada uno de sus cuentos o hacer un
comentario general? Dado que el libro contiene veinticuatro relatos bastante
cortos y es difícil hablar de algunos sin destriparlos, opté por destacar mis
diez favoritos. Los enumero a continuación, siguiendo el orden en el que
aparecen en el libro:
-El primer cuento, Las princesas de
mar a mar, es una excelente introducción a la antología. Trata sobre un
embajador que recibe el encargo de llevar un retrato de las tres hijas del rey
a los soberanos de otras cortes para que las elijan como esposas; sin embargo,
dada la ausencia de pintores que hagan justicia a la belleza de las princesas,
toma la decisión de presentarlas a través de elementos que semejan sus
cualidades. Aquí aparecen muchos rasgos típicos de los cuentos de hadas, como
la estructura de los “tres intentos” y los objetos simbólicos, por lo que marca
muy bien el tono general de la obra.
-El joven que no tenía nombre es una pequeña historia de amor que
nos hace reflexionar sobre la identidad y la forma en que nos relacionamos con
los demás. Dulce y bien pensado.
-De ardiente corazón nos cuenta la historia de la reina de
copas de una baraja de cartas y de sus celos hacia “la otra”, con quien
comparte espacio. Tiene un final muy original y simpático.
-Debajo de la piel, la luna trata sobre una joven que no encuentra su lugar en el mundo, pues el brillo de su piel crece y mengua según las fases de la luna. Mucha gente se acerca a ella por interés, pero nadie logra comprenderla. Sensible y original.
-Un cantar de mar y viento es uno de los cuentos más largos de la
antología. Comienza con una joven marinera que un día descubre algunas piezas
de oro valiosas, por las que unos hombres intentan sabotearla. Sigue con el
descubrimiento de una isla en donde hay un palacio con el retrato de un joven
misterioso. Tiene un aire a La bella y la bestia que me gustó mucho.
-Del tamaño de un hermano es un cuento lleno de ternura sobre un
niño que cabe en la palma de la mano de su hermano mayor. Nos habla sobre la
perspectiva y la inclusividad de una manera muy bella.
-En la planicie, los castillos nos presenta a los habitantes de un
reino muy particular que se comunican a través de señales, con espejos,
banderolas, trompetas y otros elementos. Una oda a la riqueza de las distintas
lenguas y una invitación a dejar siempre espacio para las distintas
interpretaciones.
“Había quienes respondiera con señales
de humo, quien se valiera de trompetas. Otro erguía coloridas cometas. Otro
lanzaba al aire palomas blancas. Y uno, el más exuberante, soltaba fuegos de
artificio. Ningún lenguaje era igual a otro. Pero todos parecían entenderse a
completa satisfacción, así fuera de modos diferentes. En el inmenso telón de
mensajes en que se tornaba el cielo, cada uno tomaba lo que más le convenía, lo
que más le agradaba, cada uno leía lo que quería leer. Los significados se
entretejían en la altura, variados y mutables como pájaros. Sin que por eso la
verdad resultara menos cierta”.
-Ni de jazmín, ni de rosa trata sobre un rey que siempre despide
a sus cocineros porque no le gustan los platos que le preparan. Interesante
cuento sobre el valor de la simpleza.
-Las ventanas sobre el mundo tiene uno de los planteos más
originales. Habla sobre un rey que mandó a construir un palacio con 365
ventanas porque quería ver un mundo nuevo cada día. De manera inesperada,
durante uno de sus avisajes, queda prendado de una joven que camina junto a un
rosal. A partir de entonces, mantiene la esperanza de volver a verla en otra de
las ventanas. Pero este cuento no se queda en una simple historia de amor, sino
que ahonda en la importancia de aprender a mirar.
-Por último, quiero destacar el cuento Con
voz de mujer, sobre un dios que, bajo una forma femenina, viaja a la ciudad
que está a su cargo para averiguar por qué sus habitantes son infelices. Pese a
que al principio tiene dificultades para encontrar trabajo, pronto encuentra su
lugar narrando historias. Un relato perfecto para cerrar la antología, que
trata sobre la importancia de la tradición oral, de los cuentos que van pasando
de boca en boca.
Además de ser interesantes, todos los relatos
de esta antología valen la pena por su maravillosa narración. Marina Colasanti
tiene una capacidad especial para embellecer los paisajes, los objetos mágicos y los personajes. También me llama la atención que, aunque utiliza la estructura
de las “tres pruebas”, “tres intentos” o “tres obstáculos” en varios de sus
cuentos, no permite que este recurso determine la totalidad de las historias: a
menudo, este rasgo actúa como un elemento más dentro de un relato más grande, que
a su vez puede poseer giros inesperados. Sus estructuras son como ríos que
fluyen hacia un lago que luego se explora en mayor profundidad.
También me asombra que logre captar
sentimientos sutiles y complejos en apenas un par de frases. Retrata personajes
sin necesidad de ocupar mucho espacio; observa desde la distancia y afina su
pluma para escribir sobre emociones humanas reconocibles, las mismas que en su
momento se recogían en los relatos de antaño.
Finalmente, destaco las ilustraciones,
creadas por la propia autora, llena de detalles que nos trasladan aún mejor a
sus historias.
Un libro imperdible para cualquiera,
pero más que recomendable para todos aquellos que valoren la belleza de los
cuentos de hadas.
¿Han leído algo de Marina Colasanti? ¿Conocen otros libros de relatos que giren alrededor de los cuentos de hadas? ¡Cuéntenme en los comentarios!
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