¡Hola, lectores! ¿Cómo han
pasado el mes de abril? Hoy les traigo la reseña de un libro de relato de
Louisa May Alcott que disfruté mucho. Próximamente leeré los siguientes volúmenes
de la colección. Si alguno de ustedes sabe leer inglés, pueden encontrarlo fácilmente
en Internet en las páginas de libros en dominio público.
Esta es una antología en la
que Louisa May Alcott recopila algunos de los cuentos para chicos que escribió
luego de publicar Mujercitas. El título no intenta insinuar que esto es
una continuación de la saga de las hermanas March, sino que hace referencia a
la propia autora. Como algunos quizás sepan, Mujercitas estaba basado en
la vida de Louisa y sus hermanas, siendo Josephine el personaje con el que más
se identificaba, por lo que “Tía Jo” es una especie de apodo (o puede que también
un álter ego ficticio) que le sirve para firmar estos relatos. En el prólogo, fechado
en las fiestas de 1871-72, comenta que, así como las abuelas tienen una bolsa en
la que guardan regalos para dar a los niños cada Navidad, ella ha decidido
reunir varias historias en este libro para entretener a la familia que “tan
rápida y hermosamente creció a su alrededor”.
A continuación, detallo
algunos de los relatos que el libro incluye:
My Boys
Comencé My Boys pensando
que se trataba de una historia de ficción, pero me sorprendí al descubrir que,
en realidad, era un relato autobiográfico. A lo largo de una veintena de
páginas, Louisa May Alcott nos narra su relación con distintos chicos que
dejaron una marca en su vida. Algunas son historias de amistad, otras son
romances que quedaron truncos, pero la más interesante de todas es la que nos
permite conocer a Laddie, un joven polaco al que Alcott conoció durante un
viaje al extranjero. Al final del relato la autora confiesa que él es quien
sirvió de inspiración para crear a Laurie en Mujercitas, por lo que creo que
podría interesar fuertemente a los fans de la novela. El tipo de relación que
tenían (alegre, sencilla, basada en el entendimiento) tiene muchos puntos en
común con la de Jo y Laurie. Para quienes sientan curiosidad sobre la vida de la autora, este
relato es imprescindible.
Tessa’s surprises
Tessa es una chica de doce
años, huérfana de madre, que desea darles un regalo a sus hermanos menores para
Navidad. Desgraciadamente, no cuenta con dinero suficiente, porque
todo lo que su padre logra ganar se destina al pago de la renta y a la compra de
comida y leña para el fuego; así que le pide a Tommo, uno de sus más queridos
amigos, que la acompañe a cantar en los cafés de la ciudad.
Me gustó mucho. Puede que esta no sea una historia con grandes giros, pero logra transmitir una bella atmósfera navideña. Además, Tessa y Tommo son personajes carismáticos a los que vale la pena acompañar a lo largo de su aventura.
Buzz
Un curioso relato sobre una
mosca mascota. La forma en la que la autora utiliza el recurso de la
personificación me recordó mucho a ciertas películas de animación de los
últimos tiempos, como “Bichos” de Pixar.
The Children’s Joke
Los señores Fairbairn exigen
a sus niños estar impecables todo el tiempo, caminar con elegancia, estudiar
sus lecciones, limpiar la casa, guardar silencio,
ajustarse a todos sus horarios, tomar medicina de hierro, acostarse temprano… y
muchas cosas más, que apenas sí les deja espacio para divertirse. Sabiendo que
los pequeños Kitty y Harry están cansados de esta rutina y de las
recriminaciones sarcásticas de sus padres, la tía Betsey les propone un juego:
intercambiar roles por un día. ¿Qué tan sencillo será para los adultos obedecer
las órdenes de los chicos?
Un cuento que, por momentos,
recuerda a esas historias de Roald Dahl en las que los chicos toman revancha
contra los adultos. El lector encontrará aquí algunos giros esperables, pero
también otros momentos realmente originales que les hará tener otra visión
sobre las injustas reglas a las que pueden verse sometidos algunos niños,
especialmente cuando la única excusa que pueden poner los adultos para que los
obedezcan es un “porque yo lo digo”.
Dandelion
Una historia sencilla sobre
un niño que espera el regreso de su padre, a quien todos suponen víctima de un
naufragio. La historia es corta y no tiene grandes giros, dado que Louisa May
Alcott se encarga de anticiparnos algunos acontecimientos, pero está contada
con tal ternura que el final no puede menos que ser conmovedor.
Madam Cluck and her family
Las primeras páginas de este
cuento recuerdan nuevamente a Roald Dahl, aunque esta vez en las escenas más
oscuras de sus cuentos para niños. También recuerda un poco a esas canciones
infantiles escabrosas que Agatha Christie utilizaba como referencia para
escribir sus novelas policiales. De todos modos, ya desde los primeros
párrafos la autora nos advierte que este no es un relato alegre, así que las
desgracias que les suceden a esta familia emplumada difícilmente puedan tomar
al lector desprevenido.
A Curious Call
Este cuento parte de una
premisa muy imaginativa: ¿y si las estatuas cobraran vida por la noche? (Si les
gustan este tipo de historias, también pueden leer “El jabalí de bronce” de
Hans Christian Andersen).
La narradora nos cuenta que
un día recibió la visita de una estatua de City Hall, que tenía la forma de un
águila, y que comienza a contarle los intereses, trabajos y dificultades de las
figuras que diariamente permanecen inmóviles en las calles y las plazas.
Me llamó poderosamente la
atención por la naturalidad con la que se introducen los elementos fantásticos.
El mundo que creó Alcott tiene mucho potencial para desarrollar. ¡Y nos lo
presentó todo en unas pocas páginas! Me gustaría leer más historias fantásticas
suyas.
Tilly’s Christmas
Tilly le cuenta a sus amigas
que está emocionada por la llegada de la Navidad, pese a que es tan pobre que
no puede comprar ningún regalo para nadie ni aspira a recibir ninguno. Ellas se
ofrecen a ayudarla a encontrar alguna billetera tirada en la nieve y, con este
propósito, salen a recorrer los caminos, pero lo único que encuentran es un pajarito.
Sus amigas le preguntan si vale la pena ayudarlo, pues se irá tan pronto
termine de comer y probablemente no haga nada por ella. Pero, ¿cuál ser la
decisión de Tilly?
Este cuento también tiene
mucho espíritu navideño. La noción de ayudar a los otros sin esperar nada a
cambio es clásica de este tipo de historias, y si bien al principio puede parecer poco original, Louisa May Alcott se las arregla para que el mensaje se
desprenda naturalmente de las acciones de los personajes.
My Little Gentleman
Esta es la tierna historia de un pequeño huérfano que desea reunir 100 dólares para ayudar a una de sus amigas a recuperar la vista. Un día, encuentra un pequeño libro de bolsillo con dinero adentro… ¿Qué hará con él?
“When he carried nice
dinners to the great houses an saw the plenty that prevailed there, he couldn’t
help feeling thar it wasn’t fair for some to have so much, and others so Little”.
Back Windows
Nuevamente tardé en darme
cuenta que me encontraba ante otro relato de no-ficción. Aquí Louisa May Alcott
nos retrata a sus vecinos, a los que puede observar desde las ventanas traseras
de su casa. Aunque describa tan sólo a un puñado de personas, lo hace de tal
manera que todos parecen representativos de la sociedad de su época. En cierta
forma, me ha recordado a Jane Austen, que lograba concentrar en un pequeño
grupo de personajes los defectos y vanidades de una comunidad entera. La autora
reserva sus palabras más dulces para los bebés y los niños alegres, mientras
que dedica palabras severas a los adultos que no se ocupan de ellos.
Little Marie of Lehon
En la misma línea que varios
de los relatos de este libro, la autora nos presenta a Marie Rosier, una chica
de una familia humilde que da lo mejor de sí misma para ayudar a los otros. La
historia es sencilla y amena.
My may-day among curious
birds and beast
Otro relato de no-ficción.
Esta vez, la autora nos comparte sus impresiones sobre un paseo que realizó al zoológico. Aunque la autora presenta a los animales con gracia y
plantea que resultan muy interesantes, puede percibirse que el panorama le
genera cierta tristeza, dado que a menudo describe a los animales como seres que
viven en un perpetuo estado de infelicidad por la libertad perdida. Así, por
ejemplo, retrata a un visón que extraña las praderas en las que se crio, y a un
oso polar que luce acalorado e insatisfecho. Invita a la reflexión.
Out Little Newsboy
Un día de invierno, una
chica y su hermano encuentran un niño tirado en la calle, cerca de su casa. Se
llama Jack Hill, y vende diarios para ganar algo de dinero.
Debo reconocer que me costó
darme cuenta si este también era un relato de no-ficción, o si se trataba de un
cuento, pero en todo caso, la autora lo narra con la misma ternura que está
presente en cualquiera de sus historias.
Patty’s Patchwork
Y llegamos al último relato
de la antología.
En esta ocasión, se nos
presenta a una jovencita llamada Patty, que está confeccionando una manta de estilo
patchwork junto a su tía. Es una historia agridulce, compuesta por momentos
alegres, tristes, divertidos y tiernos.
“See how much patience,
perseverance, good nature, and industry you can put into it. Every bit will
have a lesson or a can story, and when you lie under it you will find it a real
comforter”, said Aunt Pen, who wanted to amuse the child and teach her
something better even tan the good old-fasioned accomplishment of needlework.
He elegido estas citas para
cerrar esta reseña porque reflejan muy bien el contenido de esta antología. Dice
la tía Pen que “nuestras vidas son patchworks” y que depende de nosotros unir
los momentos brillantes y los oscuros de tal manera que el resultado total sea
útil. De la misma manera, este libro es un enorme patchwork que, por un lado, refleja
algunas situaciones duras que la autora veía a su alrededor, y por otro, intenta
brindar cierta luz y esperanza a sus lectores. Muchas veces se ha dicho que los
libros de Louisa May Alcott tienen un alto contenido moralizante (incluso algunos
de sus propios personajes parecen hacer referencia a esto cuando acusan a los
adultos de “sermonearlos” o “soltarles un discurso”), pero como he dicho más
arriba, creo que es algo que se desprende naturalmente de la forma de pensar de
sus personajes. Algo similar sucede en Mujercitas, un libro en que las
hermanas March deben ir creciendo poco a poco a base de cometer errores y vivir
experiencias nuevas. Además, el estilo de Alcott resulta divertido y
refrescante; sus personajes están llenos de virtudes y defectos, por lo que son
más humanos y realistas de lo que pueden parecer en un principio. No son
marionetas o figuras de cartón, puestas al servicio de la historia para
transmitir un mensaje; por el contrario, se sienten auténticos, y en ocasiones
derrochan tanto carisma que se convierten en los principales motores de los
relatos.
Recomiendo este libro a
todas aquellas personas que sean fans de la autora, y a quienes tengan cierta
práctica con el idioma inglés. Los relatos son cortos y divertidos, y estoy
seguro de que alegrarán las tardes de más de uno.
¿Les gustan las historias de Louisa May Alcott?
¡Cuéntenme en los comentarios!